sábado, 8 de agosto de 2015

/dice cristina, 

“Nadie quiere que otro se beneficie con algo que le corresponde, así sea una tragedia. La tragedia debe ser de cada uno, y sus dividendos, también. [...] Le dije que me gustaba, y quedé insatisfecha. La verdad era que a veces no me gustaba nada, pero no podía vivir sin ella. Le dije que la quería, pero también quiero a mi perro. Después le dije que la amaba, pero mi incomodidad fue mayor aún [...] decidí prescindir del lenguaje, entonces me acusó de no querer comunicarme. Desde hace unos años, sólo existe el silencio. Encuentro, en él, una rara ecuanimidad: la de los placeres solitarios.”

#727



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